jueves, 11 de noviembre de 2010

Regla

Cuando estoy con la regla debo cuidarme ¿cuál será el mapa químico de la regla traducido en la cabeza? Había dejado hace un tiempo mis miedos, los cambié por lo habitual que hace una persona para vivir mejor. Un novio relajado, gozar de lo que hago en el trabajo. Traducir mis emociones con gente que amo. Existir esperando la nada sin mayor convicción que saberme amada y, sobretodo, amando. Mi novio me ha dicho que ha vuelto a Antofagasta una puta premium con la que son amigos. Escort le dicen los siúticos. Sí, puta, como yo, como todas, pero de verdad. Y estupenda, y brasileña. Nada que decir. Él se la tiraba antes que a mí y me contó para que todo fuera en “regla”. Y claro, a mi la regla me ha tocado el alma y no puedo dejar de pensar en que ella es más joven y hermosa que yo. Que quiero terminar con él porque no aguanto saber si se contacta con ella. Que siento que no avanzamos y me dan ganas de saber cada detalle de lo que hace. De entrar a su correo para mirar su historial del chat. Pero no. En el fondo, y avergonzada, caigo en cuenta que sólo me interesa que ella se vaya porque es puta y yo profesional, y que es más linda que yo, y no puedo competir. Entonces llamo a Roberto. Él me dice que espere que la regla se acabe. Que no puedo comenzar de nuevo a vivir así porque sufro y sufren a mi alrededor. Que le diga a mi novio que me deje quieta y sola por un rato. Y que cuando la química aclare, vea qué siento introven de mí.