jueves, 9 de octubre de 2008

Comedia Romántica

Siempre necesito un galán para mi comedia romántica. Los invento a la medida de mis sueños y privaciones. Algunos hombres juegan ese papel a la perfección -aunque aún no encuentro uno- mientras que otros buscan amantes a las que les venden ser su galán de comedia romántica o consumen pornografía y se afanan para extender su falo a la mayor cantidad de vaginas que puedan conquistar y penetrar. Esos me asustan. Aunque más me asusta saber que esa posibilidad existe y andar desconfiada por la vida buscando el amor. Si miro dentro de mi, bien adentro, sé que prefiero a los que regalan flores o me invitan a ver amaneces o atardeceres paseando de la mano por la playa. Soy mina al fin y al cabo. Mi amigo Roberto se ríe de mi. De hecho el fue quien me dijo que me gustaba armarme mis propias películas. Creo que es un resentido, que no sabe lo que es el amor. Se lo dije y se río aún más. “Antonia -me explicó-, los hombres adornamos los sueños de las minas que se arman su propia película, al final lo que pasa es que para la peli siempre se necesita al galán y en eso se pasan la vida ustedes, buscando al galán para su comedia romántica. Es como ir pasando y cachar cuál es el argumento que sueña la mina en cuestión. Lo demás lo ponen ustedes en su totalidad. Literalmente”. “Pero ¿a quien no le gusta soñar?”, le contesté. “A todos nos gusta, pero una cosa es soñar y otra montar el sueño en la realidad a toda costa, perdiendo justamente el centro del objetivo: amar. Porque al final terminan aferrándose al sueño, ese arquetipo de galán que en la cáscara parece ser todo lo que deseo y quiero, pero que en su concreto pellejo anda puro buscando tirárselas sin compromiso de por medio. Y bueno todo por un sueño mi querida Antonia”. “Eres un resentido, terminarás solo”. “Puede ser pero prefiero eso y tirarme a una mina que esté clara que no soy galán ni quiero serlo, y que no me interesan los compromisos, antes que repetir el amanecer en la playa que ya miré con mi primer amor, o proponer algunas frases recontadas que me saldrían de la boca sin un solo sentimiento de por medio. Antigalán, eso es, prefiero ser un antigalán a un personaje inventado por una mina adicta a las comedias románticas”. “¿Tu primer amor? –le interrumpí-, no creo que sepas qué es amar Roberto, con tu egoísmo no creo que puedas ver más allá de tus deseos y propio bienestar. Al principio quizá sea así, una se arma su película pero con el tiempo todo se aclara y si el galán es pura fachada lo llegamos a saber y aunque suframos finalmente llegamos a descubrir a la persona detrás del personaje y elegimos si seguir o no”. “Eso confirma lo que dije –se apresuró Roberto-, les gusta armarse la película, es un asunto algo vicioso, quizá es fisiológico ya que está demostrado que en el estado de enamoramiento se despliegan muchas hormonas que nos dan placer o nos hacen sentir placer, o a lo mejor simplemente es el vicio de la idea de la felicidad, no sé pero encuentro cínico tener que hacerse el interesante o andar leyendo las carencias de las minas para conseguir su conchita sabrosa…jajajajajaj”. “¡No seas pendejo, Roberto! Si fuese así no habrían parejas felizmente casadas o no existiría el amor de pareja, si no has tenido buenas experiencias amorosas es un problema tuyo, no de los demás”. “En eso estamos de acuerdo pero bueno, por puro sentido común sabrás que deben haber muchos más separados que felizmente casados, si el tema no es que hayan o no, sino que los hombres nos aprovechamos de esa debilidad que tienen ustedes para poder concretar sexo con mayor facilidad, eso es todo. Bueno, de ahí a que un compromiso nazca, demás que puede ser, lo único que digo es que no me interesa ese trámite”. “No tienes vuelta Roberto”, le digo furiosa mientras lentamente aparece en mi cara una sonrisa maliciosa y me pregunto porqué soy su amiga. Lo quiero, eso es todo, me respondo. Déjame soñar, Roberto.


Aquí reflexiones sobre el tema de mi amigo Roberto http://pastebin.ca/1223719