martes, 10 de junio de 2008

Miguitas de ternura


Encuentro desastroso adjetivar los cuerpos como si fuesen cosas que se ocupan y tiran en el suelo. Pero me ha ocurrido caer en ese juego. No soy de las que tiran el poto al aire pero he tenido periodos en que me ha tocado por elección tirar con más de uno en un lapso de tiempo corto. No tanto como un día, sería demasiado para mi que aún detento algo de la historia castrante de mi patria. Ni por esa sensación que dicen después los hombres que te transforma en puta. Ha sido en etapas de vacío, cuando no estuve bien con Roberto y las oportunidades se dieron con las personas exactas. Las texturas son distintas, los aromas, todo. Lo más extraño es que no hubo culpa nunca. Y fueron sólo en esas ocasiones puntuales. Después seguí con Roberto como siempre. Con altos y bajos. Con otro cuerpo delante de otros cuerpos. Con el mismo afecto y cariño. Por eso ahora me pregunto si tendré yo el problema de ser afectuosa y caliente a la vez sin proponerme una conclusión culposa como solución. O dicho de otro modo, si es verdad eso de la fidelidad y la elección ética de la pareja. No tengo ningún mal recuerdo de ninguno. Es más, son ricos recuerdos. Jugosos, extasiados. Hermosos en definitiva. A pesar de que el vacío te puede llevar a caer en estupideces, he sabido asociarlo y traerlo para que se transforme en parte de algo, que, dicho de frente, es más que nada. Más que la espera de que a Roberto se le haya pasado la furia o sus estados de paz falsa y enajenamiento en el trabajo. Comienzo a comprender muy lentamente que quizá sea una especie de disfunción el poder acariciar sin culpa y con la misma intensidad a más de uno. Una suerte de locura. Me apresuro y me retraigo con estos pensamientos como si fuesen justamente ese vaivén del coito que nos agrada tanto a todos. Que en ciertas circunstancias nos obliga a dispensarnos, descreernos y hasta a mentirnos descaradamente. Sea porque falta o porque no nos atrevemos a decir que podemos querer y tocar de verdad a un pedacito de la humanidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

sea quizás también porque la monogamia es un invento...
saludos!